Este pequeño restaurante situado al sur del mercado de la Merced es una sorpresa en todos los sentidos. Con apenas un puñado de mesas y sin carta a la vista, su propuesta es un viaje culinario a la Sierra Mixe oaxaqueña. Su chef, el joven Toño García, cocina con la madurez de alguien mucho mayor, ya que aporta un toque refinado al recetario indígena. Sus coloridos y logrados platos no desentonarían en ambientes mucho más elegantes: valga como ejemplo la croqueta de aguacate con nopales. El mole amarillo con pescado enrollado en hoja santa y la ensalada de remolacha sorprenden con sabores de ida y vuelta, si bien el plato estrella no deja de ser el taco, elaborado con tres maíces y acompañado de lengua, piña asada y cebollas rojas encurtidas.